A lo largo del año al menos 12 presos políticos fueron condenados en procesos injustos; Amnistía Internacional consideró que algunos eran presos de conciencia. Otras personas que la organización estimó que también eran presos de conciencia estuvieron detenidas durante periodos breves. Se recibieron frecuentes informes según los cuales la policía había golpeado o sometido a malos tratos a personas detenidas o bajo custodia policial. Al menos cinco personas murieron después de ser duramente golpeadas mientras se hallaban bajo custodia policial. Siete hombres fueron condenados a muerte por asesinato y dos fueron ejecutados.